viernes, 30 de abril de 2010

Nurse Jackie


Esta serie de la cadena Showtime protagonizada por Edie Falco (la genial Carmela en Los Soprano), va ya por la segunda temporada, y merece la pena que encontréis un huequecito para ver por lo menos los primeros episodios (yo lo hice y me volví una incondicional). Edie encarna a Jackie, una enfermera en un hospital de Nueva York que emplea unos métodos peculiares para lidiar con su estresante trabajo y estresante vida fuera del trabajo. Es una comedia de media hora, y ya sé (me lo ha repetido mucha gente últimamente) que la temática de hospitales está ya muy explotada, pero creo que tiene una visión mucho más fresca (para empezar, el punto de vista es el de las enfermeras, que no médicos, y que ven a estos últimos como unos endiosados cuando las que realizan la labor realmente importante por lo que conlleva afectivamente son ellas).

Por cierto, Edie Falco como siempre que la he visto, fabulosa.

Os anexo la ficha en Espoiler y en IMDb.
jueves, 22 de abril de 2010

No es que a aquella casa le faltara nada

Son las 12 y media de la noche de un miércoles. Estoy agotada, y en cuanto pongo la cabeza en la almohada me duermo. De repente un lloro me despierta. Es la 1:15, y dando tumbos me dirijo a la habitación de Diego. Aunque ya tiene 10 meses, todavía hay noches que se despierta llorando. Y en semanas como ésta, que está malo, las noches pueden ser eternas. Me duele la espalda y tengo tanto sueño que me dormiría de pie. Hay suerte, le pongo el chupete y vuelve a dormirse. Vuelvo a la cama dando traspiés y me duermo en milisegundos.

Vuelve a llorar, ¿qué hora es?. Las 4:00. Vuelvo a la habitación, ya la sexta o séptima vez esta noche. Diego se ha desvelado por la tos (¿tendrá además fiebre?). Como no se duerme, le subo a su carrito y lo acuno. Me duele la espalda y tengo tanto sueño que me dormiría de pie. Cojo un libro que leo con una mano mientras que con la otra lo acuno, aprovechando la tenue luz del pasillo para no desvelarle.

A las 5:00 Diego se ha dormido, pero yo estoy desvelada y empiezo a dar vueltas en la cama. A las 6:30 sonará el despertador tengo que dormirme ya. Finalmente he debido hacerlo , porque el llanto vuelve a sobresaltarme a las 6:00 (¡¡¡no!!!, ¡sólo me quedaba media hora de sueño!). Ya no hay vuelta atrás, Diego se niega a volver a dormirse, así que todos en pie para empezar el día. Ducha rápida, desayuno rápido entre canciones infantiles, juegos de cosquillas y cualquier tontería que consiga distraerlo para poder vestirlo, alimentarlo y darle las medicinas. Me duele la espalda y tengo tanto sueño que me dormiría de pie.

A las 8:00 consigo salir de casa con Diego. Creo que no he olvidado nada de sus cosas ni de las mías. Corro por las calles con el carrito hasta la guardería, y en cuanto lo dejo salgo corriendo hasta el trabajo. Como todos los días, llego tarde. Jornada densa, intento hacer en mis 7 horas de jornada reducida lo que antes hacía en 8. Nadie me lo pide ni espera que lo haga, pero no puedo evitar intentar tenerlo todo controlado.

Las 16:00. Salgo corriendo (me he entretenido más de la cuenta), ya llego tarde a la guardería. Recojo a Diego y vamos al centro de salud. Yo, que odio ir al médico, ahora es rara la semana que no vaya un par de veces. Antes, mi cultura en medicinas se quedaba en Frenadol para los catarros y Gelocatil para algún dolor de cabeza ocasional. Ahora conozco varios tipos de antitérmicos, gotas para la otitis, conjuntivitis, qué hacer en caso de gastroenteritis, qué jarabes son mejores para la tos, y cómo limpiar la nariz de mocos de forma efectiva. Manejo términos tales como febrícula como si nada. ¿Cómo ha podido cambiar tanto mi vida?. Me duele la espalda y tengo tanto sueño que me dormiría de pie.

Salimos del médico una eternidad más tarde (la saturación de la Seguridad Social). De camino a casa, parada en la farmacia de rigor para obtener los nuevos fármacos. Me sé de memoria la tarde que me espera, con llantos, dolor de cabeza, intentos de razonar (¿cómo razonas con un bebé de 10 meses?) y juegos absurdos. Diego no quiere jugar solo, su juego favorito consiste en que yo monte torres con sus piezas de construcción y él las tire sin miramientos. Entre medias están las lavadoras, organizar la casa, hacer la cena, la comida de mañana, la compra... ¿Cómo ha podido cambiar tanto mi vida?. Me duele la espalda y tengo tanto sueño que me dormiría de pie.

Una vez en casa, intento echarle a Diego las gotas en los ojos. No hay forma, se resiste, luchamos hasta por ponerle los zapatos. Empiezo a pensar que si pudiera no estaría aquí ahora. Estaría sola, leyendo un buen libro. O me iría al centro sin tener que empujar un carrito por las escaleras del metro ni llevar encima pañales y toallitas ni biberones por si acaso. O mejor aún, no haría nada, me tumbaría en la cama y ni siquiera pensaría, me limitaría a mirar el techo. O me iría al cine yo sola. No es que lo hiciera antes, pero sabía que si quería podía hacerlo, y ahora... Dormir, eso es lo que haría, sin lugar a dudas. Me pasaría toda la tarde durmiendo. Y cuando llegara Paco a casa podríamos irnos los dos solos a cenar por ahí, a cualquier sitio...

De repente Diego suelta una carcajada. Me mira, buscando complicidad, y como nunca falla, a mí también me da la risa. Su cara me parece perfecta, su piel tan blanca, sus ojos tan grandes y brillantes. Nadie me hace reír como él, con esa risa tan contagiosa y tan tonta que sólo tienes de niño, cuando no te ríes por nada en concreto pero no puedes parar. Seguimos riendo un buen rato, casi hasta las lágrimas. Mi cuerpo se relaja. Ya no me duele la espalda. Y realmente no tengo tanto sueño, no era para tanto. Por cierto, ¿qué estaba yo pensando? No me acuerdo, alguna tontería.

- Diego - le propongo- ¿Vamos a jugar? Yo monto una torre con tus piezas y tú la tiras, ¿te apetece? - no entiende lo que digo, pero mi tono de voz le basta para dar palmas y gritos de alegría. Le cojo en brazos y vamos juntos hacia los juguetes. Yo oliendo su pelo, él con su mano regordeta sujetándome el cuello. En este justo momento no se me ocurre ningún plan que pudiera ser mejor.
sábado, 10 de abril de 2010

Ecofont



¿Cuánto se puede quitar de un caracter o letra si que pierda la capacidad de leerse correctamente? Después de horas de búsqueda y trabajo, el autor de la Ecofont consiguió crear una fuente que consume un 20% menos de tinta. Para hacerlo, llevó a cabo numerosos test para llegar a la conclusión que los mejores resultados se obtienen utilizando círculos pequeños.



El tipo seleccionado tenía que estar basado en uno ampliamente usado, por lo que se escogió la Vera Sans (de aspecto parecido a la Verdana bajo licencia GNU) para la base de la Ecofont.
Se estableció una página web para poder descargar la fuente de una manera gratuita, y en sólo dos meses se había descargado 700.000 veces!

La Ecofont ha ganado el premio europeo de diseño y medio ambiente.

En esta página podéis descargaros la fuente y utilizarla en vuestra impresiones a borrador de documentos, de forma que los cartuchos de tinta duren más tiempo.

Autores: Gerjon Zomer, Alexander Kraaij y Rick Van den Bos
Fuente: Exposición en el Matadero de Madrid sobre los premios europeos de diseño y medio ambiente
jueves, 8 de abril de 2010

Miquel Barceló

Imaginando que todo el mundo se había ido de vacaciones fuera de Madrid aproveché el sábado Santo para ver la exposición de uno de mis pintores favoritos: Miquel Barceló.

El motivo de esta predilección se remonta a un pasado ya bastante lejano. Tuve la desgracia, no añado la coletilla “o fortuna” porque fue una desgracia, de descubrir su pintura hace mucho tiempo, y os contaré la razón. Se trataba de los años 80 y en un periódico o dominical, no estoy totalmente segura de este detalle, vi y leí que se subastaba un cuadro que inmediatamente me enamoró, lo había pintado un pintor “nuevo”, digo nuevo porque aunque en los círculos del arte ya era conocido, para mí y para una gran mayoría de la gente era un completo desconocido; una joven promesa. Hoy todos sabemos quién es, pero os aseguro que entonces no era así. Recuerdo que su precio era 20.000 pesetas, no era caro, aún en aquella época no era ninguna barbaridad por un cuadro. La subasta era en Madrid, y a cientos de kilómetros estaba yo, mirando embelesada aquella pintura y pidiéndole a mi madre que nos fuéramos a Madrid a por el cuadro. Ahora intento imaginar la cara que puso ella, como si cada fin de semana nos fuéramos de subasta en subasta en busca de obras de arte a modo de inversión. En fin, no creo necesario aclarar donde no fuimos ese fin de semana, ni el siguiente. Una lástima, yo me quedé sin mi capricho y en unos meses se me olvidó, bueno no se me olvidó, digamos que el suceso se quedó ahí almacenado en alguna parte de mi cerebro, hasta que un día años después se anunciaba en toda la prensa el “fulgurante éxito” de un pintor español. Y ahí estaba él, el mismo, en palabras de una amiga Mallorquina “un payés”.

La primera vez que pude ver uno de sus cuadros en directo fue en Bilbao, en el Guggenheim. Desde entonces no he visto demasiadas obras suyas, y lo único que he podido tocar con mis manos ha sido su ilustración de la Divina Comedia de Dante, que recomiendo a todo el mundo, no sólo por el texto tan maravilloso sino por sus acuarelas y su particular visión del Cielo, el Infierno y el Purgatorio.

Ahora todos entenderéis mi debilidad por Barceló. Con esto no quiero decir que todo lo que pinta o esculpe me guste, pero tiene cuadros que me parecen maravillosos, hay en esta exposición algunas muestras maravillosas de su talento, de su arte, como “Bodegón rosa” o “Una raya”. Por si alguien está interesado está en el Caixa Forum y esta es la presentación de la exposición.



De aquel flechazo queda no sólo mi pasión, sino la satisfacción de que toda mi familia (tan alejada del mundo del arte) sabe quién es Miquel Barceló.
miércoles, 7 de abril de 2010

Shameless

Este fin de semana, después de acabar el último capítulo de Lost y todos los pendientes que teníamos, no nos decidíamos por qué ver a continuación. La última temporada de Los Soprano era una buena opción, pero precisamente por ser la última da mucho miedo empezarla, porque si la empiezas la acabas, y no queremos acabarla nunca jamás.

Así que casi por casualidad decidimos empezar una serie inglesa que teníamos guardada debido a una recomendación de Casciari en su blog Espoiler llamada Shameless. Empezar una serie nueva la mayoría de las veces da mucha pereza, y los primeros capítulos no suelen gustar lo mismo que el resto, ya que es necesario un proceso de rodaje, de empezar a conocer los personajes y amarlos, de sentir como propias las tramas ajenas.

Pues bien, he de decir que Shameless me encantó desde el primero hasta el último segundo en su primer capítulo. Es una comedia ácida, o un drama con tintes de comedia, o una serie costumbrista británica con puntos cómicos. No sé cómo la describiría mejor, pero lo cierto es que es genial. Hemos visto ya cuatro capítulos, y estamos deseando que llegue el momento de la cena para poder poner el siguiente.

Resumiendo, y para no ser pesada, el guión es de Paul Abbot, ante quien me quito el sombrero. Y la historia está basada en su propia vida, en el seno de una familia marginal con un montón de hermanos donde la madre les ha abandonado y el padre es un borracho que no se preocupa más que de dónde sacará el dinero para emborracharse esa noche (quizás robando a sus propios hijos). Pero está contado de tal forma que te deja con una sonrisa en la boca y esa sensación de que por muy mal que te vayan las cosas, siempre hay cosas buenas por vivir, todo depende de la forma que elijas para tomarte la vida.

A!h, y lo que hace a la serie más genial aún es que es inglesa y destila ese tufillo inglés tan característico y que tanto me gusta. Si queréis saber más, éste es el enlace a Espoiler, donde Hernán lo cuenta mucho mejor que yo.

NOTA: Los subtítulos se hacen imprescindibles, tienen un acento tan cerrado que es imposible entenderles la mayor parte de las conversaciones.

domingo, 4 de abril de 2010

En la prensa de aquel día

Encontré de casualidad una tienda en Barcelona donde puedes comprar el periódico de un día en concreto. Te envían el original, del día que tú elijas, siempre y cuando lo tengan en stock. La tienda se llama En la prensa de aquel día, y ésta es su página web: http://www.periodicosregalo.com/. Como todas estas cosas me encantan y tenía un par de regalos pendientes, les hice un pedido, ya que me parece un regalo muy original tener el periódico del día en que naciste (u otra fecha especial).

Trabajan de la siguiente forma: a través de su página, haces una consulta de una o varias fechas en concreto, y ellos te responden a tu dirección de correo. En la respuesta indican qué periódicos o revistas tienen disponibles para esa fecha en concreto. Yo solicité una fecha del año 44 y otra del año 74.

Para el año 74 me ofrecieron el ABC, La Vanguardia y una serie de revistas semanales (Hola, Diez minutos, Semana, Destino y Mundo). Así que compré el ejemplar del ABC (claramente ni El País ni El Mundo existían en aquellas fechas).

El año 44 era más complicado, sólo tenían disponible un ejemplar de La Vanguardia y otro de un periódico llamado Solidaridad Nacional, que por lo visto fue editado unos cuantos años después de la guerra civil. Las revistas que me ofrecieron son La Codorniz y Mundo. Me decidí por La Vanguardia.

Además, puedes comprar una carpeta con lazo para guardar el periódico, y dentro incluyen un certificado de autenticidad. El pedido llegó rápidamente a casa, y la única pega que he de ponerle es que no admiten tarjeta ni ningún otro pago precio, por lo que lo mandan contra-reembolso y tiene que haber alguien en casa para recogerlo, no pueden dejarlo en portería.

Los periódicos son geniales, ya escribiré más detalles de ellos con más tiempo. De forma rápida diré que la portada del ABC del año 74 está dedicada a Franco (no podía ser de otra forma, todavía quedaba un año de dictadura), que un piso en Mirasierra en ese año costaba algo más de 500.000 pesetas (unos 3.000€) y que en el año 44 en las esquelas incluían al final la siguiente coletilla: "No se invita particularmente".

Ah!, y en el año 44 hablaban de submarinos alemanes haciendo expediciones, ya que la segunda guerra mundial aún no había terminado y nosotros éramos aliados.
jueves, 1 de abril de 2010

Patitos para la mente

De vez en cuando me gusta pasearme por las tiendas de chocolate, no sólo para degustar esas delicias que en forma de bombón o de tableta estimulan mi cerebro, de todos es sabido los beneficios que tiene este producto sobre nuestro cerebro, como siempre, tomado en las dosis adecuada, claro que cual es la dosis adecuada? Se calculará por edad, por actividad que se realiza, por peso?, en fin, que mi medida es lo que me apetece cuando me apetece. Así que hace una semana pasé a darme un pequeño y dulce homenaje y mi sorpresa fue ver esto
















He de decir que no me atreví a probar estos pequeños patitos de chocolate pero no dudo de que hubiera tenido muy buenos efectos sobre mi mente. A cambio me lleve una piruleta de triqui, ese querido personaje de Barrio Sésamo que por lo que me dijo quien se lo comió estaba delicioso, galleta de mantequilla con la cara de triqui pintada de chocolate… azul, claro. Quien se puede resistir….

Otro libro?

Sufro un extraño mal que hace que me resulte imposible entrar en una librería, (y digo librería no gran almacén) sin salir con algún libro entre las manos, aunque mi intención sea tan sólo comprar un libro para regalar. El caso es que no hace mucho decidí buscar algún libro más de un autor que sigo con pasión: Andrés Trapiello; con ese fin dejé encargados dos de sus libros pertenecientes a lo que se llama El Salón de los Pasos Perdidos (de cuyo hallazgo os hablaré en otro momento). Al recibir una llamada de la librería que frecuento (una de mis favoritas de Madrid “Miraguano”) corrí con la esperanza de tener por fin entre mis manos estos pequeños tesoros, pero cuál fue mi sorpresa, que la llamada era para confirmarme que estaban agotados en la editorial y que por lo tanto no era posible encontrarlos.
Pero que disgusto más tonto me llevé!… y pensé “y ahora qué hago?”, como si realmente fuera una tragedia. Pasados los primeros segundos de estupor, miré a uno de los libreros y sin pensarlo dos veces le dije:

- ¡Necesito un libro!

El librero me miró, se giró y me dijo:

- Este

Y puso entre mis manos el libro que hoy os quiero recomendar. Se titula “Bilbao-New York- Bilbao” escrito por un joven vasco ganador de varios premios (y no es que yo me deje llevar por el hecho de que haya obtenido más o menos premios, aunque en este caso dichos premios no son los que ya están dados antes de las “deliberaciones” del jurado): Kirmen Uribe, un joven escritor nacido en Bilbao. Es su primera novela, aunque no lo primero que escribe ya que ha escrito poemas que no sé si se han traducido ya que los escribió en Euskera, y de todos es sabido que traducir poesía no es fácil. El este libro Kirmen narra con sencillez una historia autobiográfica. Suelo quedarme con frases de los libros que me gustan, en este caso y sin ser una cita literal os cuento esta:
‘Cuenta una leyenda de mi pueblo que quien al oir el cuco por primera vez lleva monedas en los bolsillos en ese año no le faltará el dinero.
Yo volví cargado de poemas.’

Otra forma de pasar un rato agradable.