jueves, 12 de abril de 2007

La vida de los otros, oscar a la frialdad




El otro día fui a ver esta peli con las ganas avaladas por el oscar de este año a la mejor película de habla extranjera y por los numerosos comentarios favorables de críticos y algún que otro amigo.
Siento decir que en este caso, los tópicos que uno puede temerse de una película alemana se me manifestaron como votantes del PP.
La película está correctamente contada, pero los personajes pasan por la pantalla sin desprender un resquicio de complicidad con el espectador que te permita sufrir, reír o llorar con él. Todo es frío, aséptico, es como si una máquina te estuviera contando la historia. Las evoluciones de los personajes te dejan indiferente incluso cuando ocurre la tragedia o se muestran timidísimos intentos de provocar humor. Podría creerse que en una película ambientada en el severo régimen comunista de la Alemania del Este, esta frialdad es necesaria para la historia, pero con mayor importancia aún la película cuenta también los sufrimientos de unos personajes, y las luchas y los sacrificios desinteresados de otros, y por aquí cojea tanto que mi sensación después de verla es que me la hubiera podido evitar sin ningún problema.
Para los que ya la han visto (los demás no deberíais leer esto) ¿alguien sabe cuáles son los motivos de que un profesional del espionaje como el protagonista de la peli cambie su forma de pensar y se arriesgue a perder y pierda su prestigio y su trabajo?, ¿está enamorado de la protagonista quizás?. Para mi gusto sus motivos no quedan claros, y en cualquier caso su actitud no me parece nada creíble. No me vale como excusa que se sienta conmovido por los hechos, de ser así no se correspondería con la imagen que nos muestran de él en la primera secuencia.

Conclusión: 8 como testimonio de un momento de la historia moderna, 0 en emotividad. Para esto hubiera preferido ver un documental.


1 comentarios:

kermit dijo...

Joder ....¿han llegado a manifestarse delante de ti los votantes de pp?... ya sabía yo que tu eras un privilegiado.